Cursaba su último año de secundaria cuando qué; por exponer una obra pintoresca en clases termino por narrar una historia, fue entonces cuando su profesor de estética le hiso llegar su crítica y en ella le hiso saber que una historia había contado y que eso no suma.
De repente Marlon Ochoa reflexionó en la gran idea que termino por obtener, puesto que ya tenía unos poemas escritos y fue donde nació su inspiración para crear este libro que consta de treinta temas.
Tomando referencia y movido por la inspiración de sus cartas que escribía a sus amadas, fue creando una serie de poemas los cuales en sus líneas denotaba sus sinceros sentimientos por lo cual pudo escribir “Aquel pintor que solo se quedo, Águila 22, Mujer poeta, Boda de lagrima entre otros. Cartas que nunca entrego.
En muchas ocasiones en medio de la noche, le urgía levantarse porque se cruzaba una idea para un nuevo tema, sin importar la hora. En ocasiones salía al umbral de la luna llena, sentadito en la escalera la observaba deseando vivir en soledad ya que eso era lo que le hacía feliz.
En otras ocasiones sin razón alguna llegaban historias a su memoria, que sin saber por qué, él necesitaba escribirlas.
Marlon vive la vida de una forma diferente pues lo suyo siempre ha sido conquistar el “basto infinito” allí mirando las “gotas de fuego en la oscuridad”; “cargando una esperanza muerta” .
Su infancia la vivió en una casita de madera allá en medio de la montaña, quizá ahí fue donde llenó su corazón introvertido de emociones, dando a su mente sueños infantiles, que luego quedaron en subconsciente del poeta y más tarde con la afluencia de sus amores su alma de poeta, reveló sus sentimientos encontrados.
Es así, como al inicio de cada poema trata de expresar con un boceto lo que está narrando ya que no todo se puede decir con palabras, recurriendo así al lenguaje pictórico.
En la vida me sentí tan maravillado y a la
vez comprometido con la actividad de revisar un texto, lo primero, por la
calidad narrativa y lírica que atesora; lo otro, por el respeto al profesional
y a los lazos fraternales que me unen al entrañable amigo y galardonado
artista, pintor, poeta, académico, humanista y sobre todo ciudadano del mundo,
Marlon Ochoa.
El Pincel Poético de un Pintor, es una obra
poética, que logra trasportar al lector de manera sistemática a través de la
composición de sus versos; con ello, el exquisito y exigente paladar literario del
observador seguro se sentirá conmovido y complacido de que el joven autor
Santarroseño, nos regale no solo con su pincel obras maravillosas para el
deleite e imaginación del buen ojeador; sino que en esta nueva faceta nos
brinde la posibilidad de contagiarnos con la imaginación y creatividad de sus
bien hilvanados versos hechos poesía.
El poemario cuenta con treinta inspiraciones,
las mismas que expresan entre sus múltiples estrofas alegorías a la belleza, a
la dulzura, al amor, al sufrimiento, a la esperanza, a la desazón, al
desencanto, a la tristeza, entre otros. Las palabras en la mente del poeta se
vuelve poesía, de ahí que, el regalo que nos brinda el autor se podría definir
como que de los sentimientos del corazón aflora la mente y se expresa con la
pluma dando grandes pinceladas a la obra de arte.
Entre los distintos poemas existentes, la
obra empieza con “Aquel pintor que
solo se quedó”, en el que
hace referencia al inmenso amor que siente aún, a pesar del tiempo de
alejamiento de su amada, amada cuya figura no solo quedó en la mente, sino que
también fue plasmada en un lienzo por las manos mágicas de un pintor, quien de
manera constante mira y admira su obra, que le hace recordar los hermosos
momentos vividos y le llenan de añoranza y a la vez de desesperanza por
sentirse solo, con ese vacío que solo puede ser llenado por el ser querido.
“El
águila que no sabía que podía volar”, el segundo poema de la
maravillosa obra se circunscribe en el relato de la vida de un polluelo águila,
quien fue abandonado por su madre y encontrado por un granjero, el hombre decidió
criar al ave, pero al pasar el tiempo dicho animal crecía de manera inevitable,
situación que llevo al cuidador a cortar las plumas y amarrarlo a un palo para
evitar que emprenda vuelo, pero el transcurrir del tiempo, el pobre águila se
acostumbró al cautiverio y por ende olvido las habilidades innatas como volar y cazar. Pero un buen día el
custodio tomó la decisión de soltar el ave al verla triste y acabada, fue así
que agarro entre sus manos al animal y emprendió viaje a un lugar aislado y
alto, era un peñasco, un lugar que podría convertirse en su tumba por lo
inaccesible del lugar, pero sorprendentemente su instintito hizo que vuelva a
volar.
Como ya se menciona
antes, la obra cuenta con hermosas narrativas como las dos descritas de manera
rápida y sin la tecnicidad que infringe el autor en la obra. En este mismo
orden de ideas, el autor en este libro cierra con otro gran poema titulado, “Qué me has hecho mujer”, su relato nos
traslada al escenario imaginario del amor profundo y el desencanto del hombre,
producto del alejamiento de su adorada, a quien solo le quedan los gratos
recuerdos de sus encuentros amorosos llenos de frescura y buenos sentimientos.
Sin
temor a equivocarme, la obra de este intelectual será de regocijo para el
lector, quien encontrará no sólo poesía; además, invita al ejercicio reflexivo
sobre temas de la vida social, que por ser universales mucho tienen que ver con
nuestras realidades. El autor con su habilidad para la narrativa hebra los
versos muy apegados al movimiento lógico de los poemas; con ello hace que
la fantasía se parezca en varios párrafos a historias de la vida real contadas
en un lenguaje sencillo y comprensible. Sin duda, el ensayo acciona la mente a
través de la parte poética del subconsciente del autor.
Enrique Espinoza Freire.
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